VAL GARDENA, BADIA, PUSTERINA Y MISURINA

 Viernes 23 de julio
Val Gardena

Itinerario: Lago Fedaia-paso de Sella-Selva di Gardena- Val Langental-Ortisei-Siusi-Plan di Gralba
Km:90
Pernocta:  Plan di Gralba (N46º31.930 E11º46.345). Gratuito


Son las 20,30 y estamos rodeados de autocaravanas en Plan di Gralba en el valle de Garda, coordenadas N46º31.930 E11º46.345 a los pies del imponente macizo de Gr. Di Sella rodeados  por cimas de entre 2300 y 3000 m. El tiempo ha empeorado y ha estado lloviendo.

Acabamos de dar cuenta de una deliciosa pizza traida del restaurante Gran Sas que está a 100m, frente a nosotros. Nos ha sabido a gloria. Creo que desde hacia la friolera de 9 ó 10 años, no comíamos una pizza tan deliciosa. ¿o será el momento y el lugar lo que la han dado un sabor tan especial?. De cualquier forma el sitio es estupendo y muy tranquilo aunque no dispone de ningún servicio, es tan solo un aparcamiento de tierra.

La lluvia comenzó a las 14,30,  y apenas nos ha dado tregua, y las nubes parecen jugar al escondite con los macizos que nos rodean: unas veces cubren las cumbres por completo y otras rodean las bases de estas agujas que entonces parecen emerger de la nada. A veces, las nubes se quedan perdidas, perezosas, recogidas por los abetos y avanzan lentas, tapando y destapando. Ahora, sencillamente disfruto del momento esperando a que la noche lo oscurezca todo y  a que se termine de hacer mi infusión para tomarmela junto a un estupendo strudel de manzana que hemos comprado esta mañana.

El día ha amanecido esplendido, brillante y limpio con un sol que entraba a raudales por la claraboya encendiéndolo todo. Hemos desayunado  rodeados de un marco de incomparable belleza con el  lago Fedaia a nuestros pies.

Pero este equilibrio ha sido roto por la furia totalmente razonable de un italiano que ha subido en su panda como un rayo al contemplar como unos checos, acampados en tienda de campaña, han tirado una bolsa de basura por el terraplén del lago. La bronca ha sido monumental e incluso a nuestra distancia, y pese a la barrera del idioma, hemos sido capaces de comprender perfectamente. Sin palabras.

Nos hemos despedido de nuestros vecinos, la familia gallega y puesto rumbo al Val Gardena. Hoy parecía haber menos ciclistas por el paso di Sella, por lo que su ascenso ha sido más facil que ayer el Pordoi. El paisaje…imponente. Sí deseo destacar algo que se repitió durante el resto de nuestro recorrido: la dificultad para aparcar.
  
Bajamos a Selva di Gardena y en su oficina de turismo preguntamos por un paseo facil enviándonos a Val Langental. Esta vez, -lo siento Eva- no he podido anotar las coordenadas porque a nuestro regreso del paseo rompió a llover y el GPS fue incapaz de “encontrar los satélites” por más que esperamos. Pero puedo facilitar unas indicaciones para encontrarlo, porque el lugar merece mucho la pena. Dando al navegador la dirección “strada val” y tomándola hasta el final se llega a un aparcamiento donde acaba la carretera y empieza esta ruta. Nosotros tomamos esta carretera en el hotel corona Krone. De aquí, sale la calle Dantercipies que lleva a la strada val.


Al final, el aparcamiento y ….como no, casi lleno y digo casi porque únicamente quedaba 1 plaza y diciéndome a mí misma que allí tenía que entrar, lo conseguí, muy ajustada, casi con calzador, pero entré: ventaja de tener una autocaravana pequeñita y ser algo cabezota.

El paseo se inicia en un gran prado verde y el camino se extiende a lo largo de un valle flanqueado por cimas de 2.500 m de paredes casi verticales a ambos lados y salpicado de hermosos y grandes abetos.

En una ermita minúscula oigo a alguien entonar el Ave María. Es un solitario montañero con una potente y preciosa voz y como cuando llego acaba de terminar, le pido por favor que cante algo más, y así lo hace. Todo un lujo.

El paseo es muy cómodo y facil, casi llano, con muy poco desnivel y muy bien señalizado  sin olvidar que es muy bello. Hay mucha gente pero estamos todos dispersos a lo largo del camino, andando, sentados en numeroso bancos dispuestos a lo largo del recorrido, tumbados tomando el sol, comiendo, leyendo…Muy agradable, aunque la que más disfrutó fue Tula que corría detrás de todo lo que se movía: saltamontes, mariposas, polillas…Parecía incansable.


Nosotros nos dimos 2 horas de paseo y cuando más o menos se cumplió la mitad habíamos llegado a una zona amplia, donde el valle se ensanchaba y dejaba ver al fondo una cadena montañosa que lo cerraba. Había unos pilones y una cabaña y gente descansando sobre el verde, así que allí hicimos lo mismo y aunque el camino seguía discurriendo hacía el fondo, decidimos dar la vuelta y regresar.

¡Y estupenda decisión! Porque 5 minutos antes de llegar al aparcamiento las nubes que nos habían acompañado durante todo el camino cumplieron su amenaza y rompió a llover. Lluvia que ha sido intermitente pero casi continua durante toda la tarde y si bien otorga cierto encanto y magia al entorno, también lo es que lo desluce restando visibilidad.

Y comenzó una vez más, nuestro peregrinaje para encontrar un sitio donde comer. En las carreteras no suele haber, y en los pueblos los aparcamientos son siempre propiedad de alguien y están reservados. Así que ya desesperados y en la carretera de Ortisei a Castelrotto, nos echamos  a un pequeño hueco abierto en la cuneta.


Habíamos dejado atrás Val Gardena, que aunque es bonito, para mi gusto demasiado poblado, ya que a Selva di Valgardena le sucede rapidamente Santa Cristina  y a ésta, Ortisei, prácticamente sin dejar de ver casas y casas.


La carretera desde Ortisei a Siusi es bonita y me llamó especialmente la atención la arquitectura, que parecía aquí más conservada, más pura: casas de madera y ladrillo y garajes y graneros, todos de madera, muy similares a las existentes en la zona de la selva negra alemana.

Nuestra intención ahora era hacer un círculo por Castelrotto hasta Santa Cristina, atravesando los Alpe di Siusi pero en uno los mapas que llevábamos esta carretera aparecía tachada con aspas rojas, en otro no existía y el navegador no encontraba carretera alguna que uniera estas poblaciones. Así, en Siusi preguntamos por ella y nos dijeron que no la conocían pero que ascendía y ascendía, así que decidimos no jugárnosla, que nos quedaban muchos días y regresamos por donde habíamos venido, parando en una de las múltiples tiendas de madera que hay a lo largo de la carretera  del Val Gardena para acabar alrededor de las 17,30 en donde estamos ahora. Y entre darnos una ducha, ir a por la pizza, llamar a los chicos, cenar, escribir y leer, la noche nos ha sorprendido y también los truenos de una tormenta que se aproxima.

Val Badia, Pusteria y Misurina

Sábado 24 de julio
Itinerario: Plan di Gralba-Paso de Gardena- Valle de Badia-Valle Pusteria-Val di Landro-Misurina
Km: 131
Pernocta:  Area de autocaravanas del Lago Misurina. 12 €

Vaya noche de tormenta y lluvia!. La mañana se muestra gris y la temperatura ha caído a 8ºC en el exterior y tan solo 12 en el interior. Hace frío (sensación que empieza ya a ser algo “familiar”)

Partimos hacia el Valle de Badia por el paso di Gardena de 2.121m. A los pies de este paso divisamos un amplio valle, verde, mas abierto que el de Gardena y quizás no tan espectacular, pero más tranquilo y menos poblado y con grandes prados verdes que se intercalan con bosques de abetos y pinos. Pero el tiempo no acompaña, por lo que pese a que pensamos dar algún paseo por el valle, el tiempo tan inestable nos hice desistir y decidimos hacer trayecto de carretera hasta que fuera despejando, si es que lo hacía.



Capta nuestra atención que los carteles de la carretera con los nombres de los pueblos aparecen escritos en italiano y algo parecido al alemán y recordamos lo que Dino nos dijo de esta zona o región y es que se hablar un dialecto denominado “ladino”.


Antes de llegar a Brunico nos paramos en otro atasco de unos 2 km hasta llegar a una señal de “stop”. Aquí tomamos la carretera 49 dirección Dobiado en el valle de Pusteria, carretera que dejamos para tomar un “atajo” que nos conduce a Braies, por Prato Piazza hasta cerca del lago Landro. Pero sin darnos cuenta nos hemos ido hacía el lago Braies. La zona es muy hermosa, con pequeñas cimas o lomas alfombradas de verde y salpicadas de bonitas casonas de ladrillo y madera que se asoman al valle, colgando muchas de ellas, tanto, que parecen retar a la Ley de la Gravedad.

Cuando llegamos al aparcamiento del lago, en uno nos piden 8 euros por dejar la autocaravana aunque sea solo 1 hora y en el segundo, más distante,  10 euros, aunque vemos que la gente de los turismos paga 2. Así que esto nos dio que pensar y muy enojados pusimos rumbo hacia Prato Piazza. Pero al llegar a Ponticello, la carretera aparece cortada con una señal y un aparcamiento a nuestra izquierda. Una persona organiza y controla esto. Nos dice que un autobús nos lleva a Prato Plaza. Pero acaba de irse y el siguiente tarda una hora y media en partir. También nos comenta que desde donde nos deje el autobús hay paseos fáciles y muy bonitos para hacer. Primero pensamos en quedarnos, pero luego fui yo la que valoré que era mucho tiempo de espera para ser tan solo las 12,15 de la mañana.


Aunque no teníamos prisa, entre la espera, subir, andar y bajar fácilmente nos darían las 17 h y luego había que deshacer el camino y tratar de llegar a Landro ó Misurina para pasar la noche. Si nos quedábamos posiblemente emplearíamos todo el día, aunque el sitio era también muy bonito para pasar la noche. Decidimos irnos, aunque tengo que decir que me arrepentí de tomar esta decisión.

Con relación a este lugar, añadir que la carretera aparece cortada entre las 10 y las 16 horas, y era sábado, por lo que posiblemente, a diario estuviera abierta.

Así, partimos hacia el Val di Landro y en nuestro camino hicimos una parada en un cementerio de la 1ª guerra mundial, pequeño, donde las cruces se repartían ordenadamente por la ladera de una montaña.


La segunda parada fue en el que creímos que podría ser el lago Di Landro, un aparcamiento junto a la carretera del que partían varios senderos. Tomamos uno pero a los 15 minutos nos dimos la vuelta ya que no le encontrábamos mucho atractivo. Tan solo una construcción de madera que debía ser para dejar el heno para el ganado, y unas bonitas vistas sobre las tres cimas del Lavaredo. Después, apareció en nuestro camino el lago Di Landro, junto a la carretera, y, sinceramente, no nos gustó nada: el lago no nos resultó bonito y el aparcamiento estaba a lo largo de la carretera, así que como estábamos tan solo a 8 km de Misurina y de un área descrita por Javier Ecar (muchas gracias amigo, seguimos muchos de tus consejos que nos fueron de gran utilidad). Así que decidimos continuar hasta allí a donde llegamos a las 15 h.

El aparcamiento es grande, de tierra, algo inclinado pero de facil nivelación y tiene carga y descarga de agua. Vale 12 euros que se pagan en una máquina de aparcamiento –que no funcionó hasta pasadas las 17,00 horas- y a unos 100 m del lago Misurina y a los pies de las tres cimas del Lavaredo. Muy tranquilo.

Entre pagar, cargar y descargar agua, comimos a las 15,30 h. Luego nos fuimos a dar un paseo de unos 2 km alrededor del lago, facil y agradable. Pero con un frío tremendo.¡Quien lo diría!. La temperatura exterior había caído a tan solo 11ºC y el viento, acentuaba la sensación de frío.

El lago Misurina es el típico lago de alta montaña, de un verde esmeralda rodeado de abetos. Por un lado lo circunda vegetación y por el otro hotelitos que alojan a los turistas en un  sitio aparentemente tranquilo.


Después del paseo y aunque eran tan solo las 17,30 h, decidimos quedarnos aquí a pasar la noche y mañana subir a las tres cimas del Lavaredo. La subida no debe ser complicada ya que lo hacen autobuses y autocares.

A las 19,00 h tenemos que poner la calefacción que estuvo funcionando toda la noche ya que la temperatura exterior descendió hasta 7ºC.

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