Val Gardena
Km:90
Pernocta: Plan di
Gralba (N46º31.930 E11º46.345). Gratuito
Son las 20,30 y estamos rodeados
de autocaravanas en Plan di Gralba en el valle de Garda, coordenadas N46º31.930
E11º46.345 a los pies del imponente macizo de Gr. Di Sella rodeados por cimas de entre 2300 y 3000 m. El tiempo
ha empeorado y ha estado lloviendo.
Acabamos de dar cuenta de una deliciosa pizza traida del restaurante Gran Sas que está a 100m, frente a nosotros. Nos ha sabido a gloria. Creo que desde hacia la friolera de 9 ó 10 años, no comíamos una pizza tan deliciosa. ¿o será el momento y el lugar lo que la han dado un sabor tan especial?. De cualquier forma el sitio es estupendo y muy tranquilo aunque no dispone de ningún servicio, es tan solo un aparcamiento de tierra.
La lluvia comenzó a las
14,30, y apenas nos ha dado tregua, y
las nubes parecen jugar al escondite con los macizos que nos rodean: unas veces
cubren las cumbres por completo y otras rodean las bases de estas agujas que
entonces parecen emerger de la nada. A veces, las nubes se quedan perdidas,
perezosas, recogidas por los abetos y avanzan lentas, tapando y destapando.
Ahora, sencillamente disfruto del momento esperando a que la noche lo oscurezca
todo y a que se termine de hacer mi
infusión para tomarmela junto a un estupendo strudel de manzana que hemos
comprado esta mañana.
El día ha amanecido esplendido,
brillante y limpio con un sol que entraba a raudales por la claraboya
encendiéndolo todo. Hemos desayunado
rodeados de un marco de incomparable belleza con el lago Fedaia a nuestros pies.
Pero este equilibrio ha sido roto
por la furia totalmente razonable de un italiano que ha subido en su panda como
un rayo al contemplar como unos checos, acampados en tienda de campaña, han
tirado una bolsa de basura por el terraplén del lago. La bronca ha sido
monumental e incluso a nuestra distancia, y pese a la barrera del idioma, hemos
sido capaces de comprender perfectamente. Sin palabras.
Nos hemos despedido de nuestros
vecinos, la familia gallega y puesto rumbo al Val Gardena. Hoy parecía haber
menos ciclistas por el paso di Sella, por lo que su ascenso ha sido más facil
que ayer el Pordoi. El paisaje…imponente. Sí deseo destacar algo que se repitió
durante el resto de nuestro recorrido: la dificultad para aparcar.
Bajamos a Selva di Gardena y en
su oficina de turismo preguntamos por un paseo facil enviándonos a Val
Langental. Esta vez, -lo siento Eva- no he podido anotar las coordenadas porque
a nuestro regreso del paseo rompió a llover y el GPS fue incapaz de “encontrar
los satélites” por más que esperamos. Pero puedo facilitar unas indicaciones
para encontrarlo, porque el lugar merece mucho la pena. Dando al navegador la
dirección “strada val” y tomándola hasta el final se llega a un aparcamiento
donde acaba la carretera y empieza esta ruta. Nosotros tomamos esta carretera
en el hotel corona Krone. De aquí, sale la calle Dantercipies que lleva a la
strada val.
Al final, el aparcamiento y
….como no, casi lleno y digo casi porque únicamente quedaba 1 plaza y
diciéndome a mí misma que allí tenía que entrar, lo conseguí, muy ajustada,
casi con calzador, pero entré: ventaja de tener una autocaravana pequeñita y
ser algo cabezota.
El paseo se inicia en un gran
prado verde y el camino se extiende a lo largo de un valle flanqueado por cimas
de 2.500 m de paredes casi verticales a ambos lados y salpicado de hermosos y
grandes abetos.
En una ermita minúscula oigo a
alguien entonar el Ave María. Es un solitario montañero con una potente y
preciosa voz y como cuando llego acaba de terminar, le pido por favor que cante
algo más, y así lo hace. Todo un lujo.
El paseo es muy cómodo y facil,
casi llano, con muy poco desnivel y muy bien señalizado sin olvidar que es muy bello. Hay mucha gente
pero estamos todos dispersos a lo largo del camino, andando, sentados en
numeroso bancos dispuestos a lo largo del recorrido, tumbados tomando el sol,
comiendo, leyendo…Muy agradable, aunque la que más disfrutó fue Tula que corría
detrás de todo lo que se movía: saltamontes, mariposas, polillas…Parecía
incansable.
Nosotros nos dimos 2 horas de
paseo y cuando más o menos se cumplió la mitad habíamos llegado a una zona
amplia, donde el valle se ensanchaba y dejaba ver al fondo una cadena montañosa
que lo cerraba. Había unos pilones y una cabaña y gente descansando sobre el
verde, así que allí hicimos lo mismo y aunque el camino seguía discurriendo
hacía el fondo, decidimos dar la vuelta y regresar.
¡Y estupenda decisión! Porque 5
minutos antes de llegar al aparcamiento las nubes que nos habían acompañado
durante todo el camino cumplieron su amenaza y rompió a llover. Lluvia que ha
sido intermitente pero casi continua durante toda la tarde y si bien otorga
cierto encanto y magia al entorno, también lo es que lo desluce restando
visibilidad.
Y comenzó una vez más, nuestro
peregrinaje para encontrar un sitio donde comer. En las carreteras no suele
haber, y en los pueblos los aparcamientos son siempre propiedad de alguien y
están reservados. Así que ya desesperados y en la carretera de Ortisei a
Castelrotto, nos echamos a un pequeño
hueco abierto en la cuneta.
Habíamos dejado atrás Val
Gardena, que aunque es bonito, para mi gusto demasiado poblado, ya que a Selva
di Valgardena le sucede rapidamente Santa Cristina y a ésta, Ortisei, prácticamente sin dejar de
ver casas y casas.
La carretera desde Ortisei a
Siusi es bonita y me llamó especialmente la atención la arquitectura, que
parecía aquí más conservada, más pura: casas de madera y ladrillo y garajes y
graneros, todos de madera, muy similares a las existentes en la zona de la
selva negra alemana.
Nuestra intención ahora era hacer
un círculo por Castelrotto hasta Santa Cristina, atravesando los Alpe di Siusi
pero en uno los mapas que llevábamos esta carretera aparecía tachada con aspas
rojas, en otro no existía y el navegador no encontraba carretera alguna que
uniera estas poblaciones. Así, en Siusi preguntamos por ella y nos dijeron que
no la conocían pero que ascendía y ascendía, así que decidimos no jugárnosla,
que nos quedaban muchos días y regresamos por donde habíamos venido, parando en
una de las múltiples tiendas de madera que hay a lo largo de la carretera del Val Gardena para acabar alrededor de las
17,30 en donde estamos ahora. Y entre darnos una ducha, ir a por la pizza,
llamar a los chicos, cenar, escribir y leer, la noche nos ha sorprendido y
también los truenos de una tormenta que se aproxima.
Val Badia, Pusteria y Misurina
Sábado 24 de julio
Itinerario: Plan di Gralba-Paso
de Gardena- Valle de Badia-Valle Pusteria-Val di Landro-Misurina
Km: 131
Pernocta: Area de autocaravanas del Lago Misurina. 12 €
Vaya noche de tormenta y lluvia!.
La mañana se muestra gris y la temperatura ha caído a 8ºC en el exterior y tan
solo 12 en el interior. Hace frío (sensación que empieza ya a ser algo
“familiar”)
Partimos hacia el Valle de Badia
por el paso di Gardena de 2.121m. A los pies de este paso divisamos un amplio
valle, verde, mas abierto que el de Gardena y quizás no tan espectacular, pero
más tranquilo y menos poblado y con grandes prados verdes que se intercalan con
bosques de abetos y pinos. Pero el tiempo no acompaña, por lo que pese a que
pensamos dar algún paseo por el valle, el tiempo tan inestable nos hice
desistir y decidimos hacer trayecto de carretera hasta que fuera despejando, si
es que lo hacía.
Antes de llegar a Brunico nos
paramos en otro atasco de unos 2 km hasta llegar a una señal de “stop”. Aquí
tomamos la carretera 49 dirección Dobiado en el valle de Pusteria, carretera
que dejamos para tomar un “atajo” que nos conduce a Braies, por Prato Piazza
hasta cerca del lago Landro. Pero sin darnos cuenta nos hemos ido hacía el lago
Braies. La zona es muy hermosa, con pequeñas cimas o lomas alfombradas de verde
y salpicadas de bonitas casonas de ladrillo y madera que se asoman al valle,
colgando muchas de ellas, tanto, que parecen retar a la Ley de la Gravedad.
Cuando llegamos al aparcamiento
del lago, en uno nos piden 8 euros por dejar la autocaravana aunque sea solo 1
hora y en el segundo, más distante, 10
euros, aunque vemos que la gente de los turismos paga 2. Así que esto nos dio
que pensar y muy enojados pusimos rumbo hacia Prato Piazza. Pero al llegar a
Ponticello, la carretera aparece cortada con una señal y un aparcamiento a
nuestra izquierda. Una persona organiza y controla esto. Nos dice que un
autobús nos lleva a Prato Plaza. Pero acaba de irse y el siguiente tarda una
hora y media en partir. También nos comenta que desde donde nos deje el autobús
hay paseos fáciles y muy bonitos para hacer. Primero pensamos en quedarnos,
pero luego fui yo la que valoré que era mucho tiempo de espera para ser tan
solo las 12,15 de la mañana.
Aunque no teníamos prisa, entre
la espera, subir, andar y bajar fácilmente nos darían las 17 h y luego había
que deshacer el camino y tratar de llegar a Landro ó Misurina para pasar la
noche. Si nos quedábamos posiblemente emplearíamos todo el día, aunque el sitio
era también muy bonito para pasar la noche. Decidimos irnos, aunque tengo que
decir que me arrepentí de tomar esta decisión.
Con relación a este lugar, añadir
que la carretera aparece cortada entre las 10 y las 16 horas, y era sábado, por
lo que posiblemente, a diario estuviera abierta.
Así, partimos hacia el Val di
Landro y en nuestro camino hicimos una parada en un cementerio de la 1ª guerra
mundial, pequeño, donde las cruces se repartían ordenadamente por la ladera de
una montaña.
La segunda parada fue en el que
creímos que podría ser el lago Di Landro, un aparcamiento junto a la carretera
del que partían varios senderos. Tomamos uno pero a los 15 minutos nos dimos la
vuelta ya que no le encontrábamos mucho atractivo. Tan solo una construcción de
madera que debía ser para dejar el heno para el ganado, y unas bonitas vistas
sobre las tres cimas del Lavaredo. Después, apareció en nuestro camino el lago
Di Landro, junto a la carretera, y, sinceramente, no nos gustó nada: el lago no
nos resultó bonito y el aparcamiento estaba a lo largo de la carretera, así que
como estábamos tan solo a 8 km de Misurina y de un área descrita por Javier
Ecar (muchas gracias amigo, seguimos muchos de tus consejos que nos fueron de
gran utilidad). Así que decidimos continuar hasta allí a donde llegamos a las
15 h.
El aparcamiento es grande, de
tierra, algo inclinado pero de facil nivelación y tiene carga y descarga de
agua. Vale 12 euros que se pagan en una máquina de aparcamiento –que no
funcionó hasta pasadas las 17,00 horas- y a unos 100 m del lago Misurina y a
los pies de las tres cimas del Lavaredo. Muy tranquilo.
Entre pagar, cargar y descargar
agua, comimos a las 15,30 h. Luego nos fuimos a dar un paseo de unos 2 km
alrededor del lago, facil y agradable. Pero con un frío tremendo.¡Quien lo
diría!. La temperatura exterior había caído a tan solo 11ºC y el viento,
acentuaba la sensación de frío.
El lago Misurina es el típico
lago de alta montaña, de un verde esmeralda rodeado de abetos. Por un lado lo
circunda vegetación y por el otro hotelitos que alojan a los turistas en un sitio aparentemente tranquilo.
Después del paseo y aunque eran
tan solo las 17,30 h, decidimos quedarnos aquí a pasar la noche y mañana subir
a las tres cimas del Lavaredo. La subida no debe ser complicada ya que lo hacen
autobuses y autocares.
A las 19,00 h tenemos que poner
la calefacción que estuvo funcionando toda la noche ya que la temperatura
exterior descendió hasta 7ºC.
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